17 marzo 2007

Positivo



Acompañado de la caricia insulsa de la soledad, desgrano las horas que me sobran del trabajo. De ese trabajo que debiera ser el remanente de mi ocio gozoso. Falsas veleidades. Caído del barco laboral, mendigo ideales en mi tiempo libre de náufrago perdido en la ciénaga de los desocupados. No tengo estima por lo que se me ofrece. No me tienta el dinero fácil de gestión difícil, no me gustan esos símbolos de estatus que además nos llevan de un lugar a otro en su interior, no me atrae el cambiar de casa, soy alérgico al sexo mercenario, la amistad es flor de cosecha temprana, el deslumbramiento de los viajes ya pasó... sólo me queda la literatura o alguna que otra de las artes que, por desgracia o simplemente porque son así, son lo más parecido al sexo en solitario.


Hombre, pareces tonto, para lo tuyo se inventó la religión. Vale..., si perseveras en tu recalcitrante agnosticismo, las ONGs. Es que no eres nada positivo...
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Es que el fin de semana es tan deseado sólo por trabajar toda la semana.
Al tiempo libre le llamamos así porque el resto no lo es.
Por eso les digo a los católicos -solo para chinchar un poquito- que el cielo debe ser aburridísimo: tanta eternidad gozosa...